
Este año, nuestra campaña movilizó a miles de peruanos que se unieron para ayudar a que más niños con cáncer puedan seguir recibiendo el tratamiento que necesitan.
Durante todo mayo, decenas de empresas y establecimientos comerciales colocaron nuestras alcancías en sus locales. Además, muchas instituciones organizaron colectas internas con su personal, demostrando que cuando se trabaja en equipo, la ayuda crece.
Durante nuestra colecta pública del 22 al 25 de mayo, nuestras voluntarias y colaboradores de salieron a diferentes partes del país con un solo propósito: salvar vidas.
Esta cruzada solidaria no se quedó solo en Lima. Cusco, Piura, Cajamarca, Arequipa, Ayacucho, Puno, entre otras, se sumaron a este esfuerzo, demostrando que la magia de la solidaridad no tiene límites.
Cada voluntaria, cada colaborador, cada alcancía, cada sonrisa, cada donación fueron sin duda parte de este gran acto mágico.
Gracias a ese esfuerzo colectivo, más niños recibirán el tratamiento que necesitan para recuperar su salud.
Porque con poco o con mucho, juntos hicimos posible lo que parecía imposible: transformar donaciones en esperanza.